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Desde la grada: La noche triste (en el Azteca)

Por: Adriana Espinosa | Twitter: @espinosa_2507

A noventa minutos de encontrarnos en otra final regia, Querétaro y América han desaprovechado la posición de local y toca ir cuesta arriba en busca de la remontada, del milagro.  

La primera semifinal, entre América y Monterrey, nos ha dejado claro el gran momento que atraviesa el equipo de Becerra. Las Rayadas tuvieron unos primeros diez minutos de adaptación en los que permitieron a las Águilas jugar con el balón. Sin embargo, los ochenta minutos restantes, el cuadro regiomontano mostró una superioridad contundente, cuando menos en el marcador. A los casi veinte minutos de juego, Burkenroad se encontró con el balón en el área, rematando de cabeza para abrir el marcador. Más tarde, comenzaría el espectáculo de goles, con Evangelista metiendo un zapatazo desde fuera del área, del que hasta cierto punto América fue cómplice. La defensa azulcrema regaló tiempo y espacio a la número ‘8’, además de que la arquera, Masciarelli, tuvo una tardía reacción. Monsiváis y Bernal cerrarían el cuatro uno con el que Monterrey parece estar a nada de meterse en otra final.




La crítica hacia el cuadro azulcrema recayó principalmente en la capitana, Daniela Espinosa. Quien encaminara a su equipo hacia una nueva semifinal, tuvo una de sus peores noches en el Azteca. La número ’10’, a quien ya nos hemos acostumbrado a halagar, falló dos penales. El primer cobro pasaría a un lado de la portería, mientras el segundo sería atajo por Godínez. De cualquier modo, lo cierto es que, con tres tantos en contra y el equipo a las espaldas, el primer fallo de Espinosa derrumbó a la jugadora mentalmente. Para el segundo cobro se esperaba que la capitana retomara la confianza y disminuyera la diferencia en el marcador. Desafortunadamente para las Azulcremas, Daniela volvería a equivocarse, cobrando al mismo lado y con poca convicción en el disparo. En ese momento, América se quedaba sin la líder y espíritu del equipo. Después de todo, como señala Galeano, “el placer de derribar ídolos es directamente proporcional a la necesidad de tenerlos”. Y así fue, cuando al finalizar el partido, la número ‘10’, que en su dorsal lleva el número de jugadoras que dependen de ella, rompió en lágrimas. 

Del otro lado, Rossi recibió a Medina en la Corregidora para un duelo de ajedrez. Las Albiazules mostraron un primer tiempo formidable, tácticamente impecable. Solo la “Killer”, con ese zurdazo al 33’, pudo romper las redes para poner arriba al cuadro de Tigres. A partir de ahí, las universitarias llegaron con mayor facilidad al área rival, en tanto, las locales mostraron cierto nervio y desorden, lo que llevó a Carla Rossi, desesperada en el banquillo, a pedir calma y cabeza a las suyas. Gómez Junco, quien apareció en ausencia de Belén Cruz, supo cubrir el puesto de manera extraordinaria, e incluso logró el segundo tanto para el dos a cero final. El que por momentos parecía un partido cerrado, Tigres fue capaz de romper, inclinando el tablero hacía un solo bando. Querétaro tuvo dos, tal vez tres oportunidades claras en el encuentro que, sin embargo, no pudieron hacer valer. Las sensaciones que dejó el equipo queretano son buenas pero, aun cuando en Guadalajara mostraron la capacidad para prevalecer, el talento individual del rival, ponen en jaque a la dirigidas por Rossi. 

Hablar de otra final entre Tigres y Monterrey suena demasiado pretencioso pues, no podemos descartar que, así como los equipos regiomontanos, América y Querétaro puedan dar un golpe contundente, y hasta remontar, como visitantes. De lado americanista, Daniela Espinosa será clave. La jugadora azulcrema es una ‘10’ puro, que no solo marca, sino también sienta las bases del equipo. En cambio, a Rossi le espera su más ardua prueba en el banquillo. Su parado y gestión del partido, además de la siempre motivación que imprime a su equipo, determinarán los noventa minutos restantes.




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