Si antes de arrancar el torneo nos hubieran contado todo lo que viviríamos con Tigres, no nos la hubieramos creído.
Se empezó con el pie derecho, venciendo 3-0 al Santos en su casa, cortándo con una mala racha de más de diez años sin ganar en el TSM.
Había estabilidad y contundencia hacia al frente.
Todo parecía ir de maravilla, cuando de pronto Diego Cocca decidió dejar tirado el proyecto y se fue a dirigir a la selección mexicana de fútbol.
Mauricio Culebro y la directiva deicdieron confiar en alguien de casa: el ‘Chima’ Ruíz. Y aunque la historia empezó bien, pronto todo se empezó a derrumbar.
Marco Antonio dejó la dirección técnica del equipo de Tigres, y en su lugar llegó un viejo conocido de la fanaticada auriazul: Robert Dante Siboldi.
¿El objetivo?
Cerrar con dignidad el torneo y tratar de ganar la CONCAF.
Se fracasó en la CONCA, no obstante, la suerte de Siboldi parecía estar echada.
Pero la pelota es caprichosa y la mística de Tigres es gigantesca.
Con mucho sufrimiento los felinos dejaron en el camino a Puebla y se clasificaron a cuartos.
En dicha instancia, golearon en casa a Toluca, y aunque en el infierno la pasaron mal, alcanzaron a meterse a semifinales.
¿El rival?
Rayados de Monterrey, que venían de romper récord de puntos y eran candidatos número al título.
Con sufrimiento Siboldi y sus muchachos empataron la ida y en la vuelta plantearon un partido inteligente.
Sebastián Córdova, que en toda esta liguilla ha sido el mejor futbolista de Tigres, apagó el BBVA con un certero remate de cabeza que a más de uno le hizo recordar el 10 de diciembre.
Tigres se coló a la final de un campeonato que parecía perdido.
¿Qué va a pasar?
No lo sé.
Pero como hincha te agradezco, Robert Dante Siboldi, por esta inesperada alegría.
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