A falta de una jornada para que culmine la temporada regular, ya fracasaste, Miguel Herrera.
Fracasaste, no solo porque el equipo no logró meterse a la Liguilla de forma directa, fracasaste porque Tigres ya no asusta a nadie.
‘Chingo de goles’, prometiste, y este torneo Tigres no solo quedó a deber en goles, sino en llegadas.
Los atacantes volteaban a la banca en busca de una variante tuya, y tú les respondías, simplemente, con una cara de espanto y gritos airados, pidiendo que le pusieran ‘huevos’, porque, claro, ese ha sido siempre tu argumento.
Fracasaste porque con este fútbol difícilmente te alcanzará para competirle de verdad a los que sí trabajaron durante diecisiete fechas, y fracasaste, sobre todo, porque ni tú sabes a lo que juega este equipo.
No tienes idea, Miguel Herrera, de lo que se está haciendo mal, y eso es lo verdaderamente preocupante.
Porque los números ahí están, y hasta te favorecen.
Este torneo capaz y lo cierras con treinta unidades, mejorando, por ejemplo, lo conseguido en tu primer semestre al frente del conjunto felino.
No eres un mal DT, que quede claro.
Pero Tigres no cortó el proceso más exitoso de su historia para traer a un técnico ‘no malo’.
Lo hizo para llegar al siguiente nivel, y tú no solo no has podido hacerlo, sino que cada vez te alejas más.
En Tigres no alcanza con alegrías de jornada regular.
Este equipo se acostumbró a pelear por el campeonato, y contigo cada vez lucen menos campeonables… más ‘normales’.
Ya fracasaste, Miguel Herrera. Lo que queda es cruzar los dedos para que en una de esas la suerte te sonría y se te cruce una copa en el camino, como se te cruzó en mayo del 2013, cuando Moisés Muñoz te hizo campeón por primera vez en tu vida… después de muchos años intentando y fracasando.
Pero, ojo, que ni saliendo campeón te salvas.
Se termina tu contrato, se te aplaude lo logrado, se te echa en cara lo arruinado, y adiós.
Tigres no puede cimentar sus proyectos a largo plazo con base en algo tan caprichoso, y a veces engañoso, como lo es un campeonato.
De ser así, en el banquillo auriazul seguiría sentado el ‘Tuca’ Ferretti, y a ese se le dieron las gracias meses después de haber llegado a una final del mundo.
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