Entre el COVID, diversas lesiones y que el Mundial de Clubes está a la vuelta de la esquina, es muy probable que Tigres solvente los dos partidos que le quedan (antes de ir a Qatar) con un cuadro mezclado.
Elementos resignados a sumar de poco a nada de minutos en el torneo, tendrán la oportunidad de mostrarse dentro del rectángulo verde, y deberán aprovecharla.
¿Que Tuca no presta demasiada atención a pinceladas esporádicas?
Puede ser…
¿Que Ferreti los alineará en lapsos brevísimos y luego volverá a lo de siempre con los de siempre?
Es lo más probable…
Pero en una de esas las pinceladas lo enamoran y acaba por consolidarlos. Capaz los lapsos (un poco porque a Tuca no le quede de otra y otro tanto porque al hacerlo se tiraría un balazo al pie), se vuelven partidos completos y dejamos de verlo a Dueñas cumpliendo a secas en una posición ajena y al fin se nos haga tener a un lateral izquierdo con aporte a la ofensiva.
¿Y por qué no aspirar a tener un Rayo vuelto tormenta y a un medio ofensivo distinto? ¿Por qué no pensar que así como la necesidad alguna vez hizo de Pizarro un gran cinco, ahora vuelva obediente tácticamente al chaparrito de la diecisiete y el comodín de Michoacán termine amistado con el arco rival?