Y es por eso que todavía no pude asimilar el hecho de que ya no esté.
Pasaron tres meses desde que Diego nos dejó. Cuando escuché la noticia, inmediatamente le mandé un mensaje a un periodista amigo que sabía que era cercano a él. “¿Es verdad?”. Me respondió: “Sí…”.
Y en ese momento, uno no… no puede creerlo. O sea… uno se acuerda la cantidad de veces que Diego estuvo en situaciones parecidas, en las que estaba en el hospital y se multiplicaban rumores sobre su muerte, y entonces pensaba: “No, no puede ser, solamente es lo que están diciendo. Probablemente no sea nada”.
Y al final realmente no era nada. Maradona siempre se recupera. Maradona siempre sobrevive. Había pasado tantas veces. Entonces pensás Esta es sólo una más.
Pero después la noticia sobre su recuperación nunca llega.
Me agarró mucha ansiedad a medida que seguía esperando. Incluso le mandé un mensaje a Claudia, su ex mujer, para saber si era cierto. Dijo que sí. Y aun así no lo terminás de creer. Tu mente se rehúsa a aceptarlo.
Para mí, Diego siempre iba a estar ahí. Estaba seguro de que iba a llegar a los 100 años.