El triunfo ante los Gallos blancos del Querétaro, en un partido que, dicho sea de paso, jamás se controló, se vio empañado por lo ocurrido en la agonía del encuentro.
En este torneo, Tigres ha estado mal desde Nahuel Guzmán hasta André-Pierre Gignac.
Es cierto que Rafael Carioca, Carlos Salcedo y Luis Quiñones venían haciendo las cosas más o menos bien, pero en la corregidora no aparecieron.
El medio campo se vio muy errático; atrás Salcedo arriesgó bolas sin sentido y falló trazos por de más sencillos. Luis intentó encarar, mas no logró nada.
Y en el banquillo, el único elemento que aún se acuerda de cómo tratar con educación una pelota, se puso a calentar y entró de cambió. Le inyectó algo al partido; un tiro suyo acabó en tiro de esquina y la esquina acabó en gol.
0-1 ganaba Tigres en un partido sin sabor. Sin embargo…
La expulsión de Francisco Meza y el hecho de que hubiera una pelota parada en contra en los minutos finales del encuentro, orillaron a Tuca Ferreti a cerrar el partido.
¿Y saben qué?
Hizo bien.
Ya estábamos en el agregado, necesitábamos ganar sí o sí para volver a puestos de repechaje… ya antes habíamos pagado caro por distracciones en dichas circunstancias.
Precisábamos disciplina táctica para defender esa jugada. Amontonar gente en el área, incluso. Quedarnos con los altos y sacar a los chaparros, también. Lo que fuera estaba bien… menos sacar al jugador que te hizo la tarea.
No se trata de defender a los jugadores ni de ponerlos por encima de la institución. Se trata de ver las cosas como son y entender que el fútbol es un negocio distinto, cuyo éxito pasa, en gran medida, por el buen manejo de grupo que tengas.
Tú no puedes meter a un jugador y sacarlo de cambio porque ya no lo necesitas. O puedes, pero no debes. Y no debes no por cuestión de agradecimiento, sino por sentido común.
Tuca Ferreti ha sido sumamente injusto con Diente López.
Es verdad que Ricardo es el que decide, y que el futbolista debe limitarse a obedecer órdenes.
Pero detrás del futbolista hay un ser humano, y el ser humano ha hecho de todo para ser tratado de diferente manera.
A Tuca se le reconocerá siempre su buen manejo de vestidor. La época dorada que tuvo con Tigres pasó en gran medida por dicha labor. Sin embargo, a este grupo lo está matando.
Primero con Leo, borrándolo de partidos en los que el equipo se hubiera visto mejor con él, o metiéndolo minuto y medio, solo para demostrarle a la gente que aquí manda él.
Ahora con Diente López, exhibiéndolo a su antojo, aún y cuando el del dorsal número once ha sido de lo poco rescatable en este paupérrimo torneo.
También te puede interesar: Tuca vs Tigres
Follow: JaimeGarza94