El aguante.
Eso que muchos (si no es que la mayoría) decimos que tenemos cuando el equipo anda en las “malas”. Eso que nos hace sentir todavía más hinchas del equipo y que nos alienta a gritar aún más fuerte. Y sin embargo, algo que no siempre le reconocemos a los jugadores.
Ayer, en contra del equipo de Juárez, pasó algo que toda la afición felina pedía: Nico y Leo en la cancha. A pesar de que por grandes lapsos del segundo tiempo fueron relativamente intermitentes, los uruguayos lograron orquestar la remontada del equipo felino, demostrando amor propio, vergüenza deportiva, que no le están “tendiendo la camita” a nadie y, sobre todo, mucho aguante.
Aguante porque para un jugador joven, que fue estrella del torneo pasado que se suspendió por Covid y que es prácticamente elogiado por todo el país como Leo Fernández, estar sentado en el banco sin que el técnico te tome en cuenta y aún así demostrar cualidades y ganas de jugar cuando entras a la cancha, requiere mucho aguante.
Y del Diente no hay mucho que decir que no sepamos ya: tuvo un inicio muy difícil en el club, no jugaba mucho y cuando jugaba pasaba muy desapercibido. Hoy, ése Nico que no pesaba en la cancha parece que quedó atrás y que tu entrenador no valore ésa recuperación futbolística y mental, creo que puede “derrumbar” a muchos, pero éste diente no es de leche y no se cae tan fácil.
Ahora, con el regreso de Carioca y Salcedo tras su suspensión, el “Tuca” tendrá una situación muy complicada: dejar a los uruguayos que (aunque intermitentes por grandes lapsos del partido) dan buenas impresiones, buscan hacer algo distinto y sobre todo son determinantes al frente o regresar al esquema habitual que todos conocemos con doble contención.
Conociendo la trayectoria del Tuca y lo mucho que le gusta tomar decisiones poco populares, probablemente regrese al esquema habitual. Creo firmemente que no es lo ideal si es que el equipo aún busca aspirar a trascender en éste torneo.