Ni Luis Romo ni Orbelín Pineda. Es Juan Pablo Vigón el elegido para completar la plantilla con la cual Tigres encarará el Apertura 2021.
El fichaje bomba (no solo del torneo, sino de los últimos años en el fútbol mexicano), fue Florian Thauvin.
Un campeón del mundo pretendido por equipos de la talla del AC Milán, Lyon, Atlético de Madrid y Sevilla, prefirió llegar al conjunto felino, donde ya es ídolo su compatriota y amigo André-Pierre Gignac.
En esto tienen mucho mérito los actuales directivos, quienes desde ya merecen todos los aplausos por parte de sus aficionados.
Sin embargo, Miguel Herrera manifestó necesitar también de un defensa central y de un volante mixto. Para lo primero sonaba Matheus Dória… tuvo que conformarse el Piojo con Sánchez Purata. Para lo segundo sonaba Romo u Orbelín, y terminó por llegar Juan Pablo Vigón.
Hablamos de un jugador con mucho sacrificio, sí. Y con muchas ganas, también. Pero que no está al nivel de lo que se esperaba.
No es un mal fichaje, claro.
El tipo tiene 29 años, es mexicano y salió ‘barato’.
Si llega con ganas de trascender, muy seguramente lo hará, porque se encontrará con un director técnico experto en hacer grandes a los medianos. Pero no engañemos a la gente, por favor.
A hoy primero de julio del 2021, Juan Pablo Vigón es un jugador de mediana calidad… o al menos eso es lo que ha demostrado.
No se trata de reventar por reventar. Tampoco es esta una columna con tintes de reclamo, simplemente expongo una verdad: Tigres rompió el mercado al fichar a Florian Thauvin… ¡y ya!
Lo de Vigón es una contratación buena a secas.
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