Tigres sufrió su primer descalabro del torneo ante los Diablos Rojos de Toluca, en apenas la jornada número dos del Grita México, Apertura 2021.
El primer tiempo fue inesperadamente entretenido.
Ambos equipos expusieron lo propio, y en cuarenta y cinco minutos (cincuenta, contando el agregado), tuvimos jugadas de gol en ambos marcos; cada quien se fue con un tanto.
Para la segunda mitad, sin embargo, Tigres se encontró con un penal en contra que Nahuel Guzmán atajó, pero que igual sacó a algunos del partido.
Guido Pizarro se volvió loco tras el cobro. Le reclamó de todo al árbitro y este lo pintó de amarillo.
Minutos más tarde, en una jugada sin sentido en la mitad de la cancha, el capitán felino llegó tarde y le sacaron la segunda tarjeta, dejando con diez a su equipo en una cacha sumamente complicada.
Sus compañeros sencillamente no volvieron a encontrarse.
Miguel Herrera mandó al terreno de juego a elementos como Raymundo Fulgencio y Luis Quiñones (por la ofensiva); David Ayala, Jesús Garza y Paco Venegas (por la defensiva).
Pero no se logró ni una cosa ni otra.
Hugo Ayala dio un partido digno de lástima; Aldo Cruz no supo aprovechar la titularidad y lo más probable del mundo es que ante Santos volvamos a verlo a Venegas por la banda de la izquierda.
Tigres ofreció dos partidos en cosa de cien minutos.
El primer tiempo fue bueno; el segundo una muestra de todo lo que un equipo debe hacer para perder.
Merecida victoria para los diablos rojos de Toluca.
Y por último…
Que alguien le diga a Miguel Herrera que el árbitro no le sacó nada a Tigres. En todo caso fueron sus jugadores, que se calentaron sin motivo alguno y arruinaron un partido que se estaba trabajando de buena manera.
O él mismo, que con sus cambios desdibujó por completo a los suyos y le simplificó la tarea a Hernán Cristante.
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