Por Alfonso Espinosa | Twitter @Alesp_19
Tras haber rebasado el primer tercio del campeonato y con una semana de inactividad por fecha FIFA, es lógico y hasta cierto punto entendible que los aficionados se pregunten sobre si hasta ahora los resultados y el trabajo hecho por el Vasco han sido positivos.
La Pandilla está ubicada en los primeros ocho puestos del campeonato, siendo además uno de los pocos equipos invictos hasta la fecha, sin embargo, no todo es tan bueno como parece y es que a esta altura del torneo sigue sin verse el Monterrey espectacular u ofensivo que la calidad de plantel exige.
Es una realidad que las lesiones no han permitido a Aguirre trabajar con toda comodidad, pero eso no quita que a pesar de estas adversidades la plantilla que suele tener a su disponibilidad es de las mejores del futbol mexicano.
En el fútbol moderno es prácticamente imposible que un equipo profesional cuente con plantel completo para la preparación de un partido, por lo que un técnico tan experimentado como Javier debe buscar todas las alternativas posibles.
Si bien es difícil mantener un estilo de juego cuando las lesiones no te permiten repetir alineación partido a partido, el problema está en el hecho de realmente no contar con una idea ofensiva constante a la cual buscar aspirar para repetir semana tras semana.
Desde los buenos disparos de Vergara ante Pumas hasta en los errores de la defensa visitante contra Pachuca, hay que aceptar que las individualidades o los chispazos son los que han otorgado las dos victorias a la Pandilla en este torneo.
Probablemente esta forma de jugar y de sumar puntos sea suficiente para que el equipo clasifique mínimo al Repechaje, lamentablemente para tener éxito en duelos de eliminación directa o en una supuesta serie de Ida y Vuelta, el Monterrey necesita convencerse a sí mismo de su calidad y su potencial ofensivo.
Por más mala suerte que se tenga en el equipo con el tema de las lesiones, ejemplos como el de ir ganando 2-0 ante el último lugar de la tabla y que el resultado sea un empate pidiendo la hora no dan una buena señal para la credibilidad del Vasco.
Será difícil que a medio torneo el técnico cambie radicalmente la forma de manejar un encuentro, eso no quita que el aficionado esté en su derecho de exigir un partido entretenido y convincente por parte del club al cual apoya.