Por Vanessa Molina | Twitter @VaneMolinaLoza
El arbitraje en México se sabe que es malo, aún con herramientas, pero en la Liga Femenil, ¿es un experimento? ¿es una Liga que se utiliza para que árbitros nuevos tomen experiencia?
Tras cuatro años de la creación de la Liga MX Femenil ha habido mucha evolución, avances a nivel futbolístico a lo largo de estos primeros años, se ve quienes son las favoritas y qué equipos les dan mucha mayor importancia a los proyectos y a quienes aún les falta mayor apoyo.
Sin embargo, además del apartado cancha que le corresponde a los equipos y a las jugadoras, un tema que semana a semana da mucho de qué hablar y desafortunadamente la mayoría de las veces para mal, es el arbitraje.
De todos es conocido que, los arbitrajes en la zona de Concacaf y en específicamente más en México es algo deficiente.
En nuestro país, se ha hablado en diferentes ocasiones que la Liga Femenil solo la utilizan para que los árbitros sobre todo los nuevos comiencen a tener acercamiento y se comiencen a foguear para después aspirar o poder tener partidos en Liga varonil tanto de Expansión como la Primera División.
Hace unos meses se dio a conocer que algunos silbantes habituales en Liga Femenil, tendrían la oportunidad de arbitrar juegos de Liga de Expansión danto a entender que era el siguiente escalón para llegar a la Primera División Varonil.
¿Cómo repercute en la Liga Femenil?
Todo lo anterior ¿cómo repercute en la Liga Femenil? Se puede ver como jornada tras jornada hay errores que afectan directamente al marcador ya sea goles marcados erróneamente o los no marcados, tarjetas que condicionan los partidos, apreciaciones de las jugadas entre muchos otros ejemplos.
Si bien se sabe que el arbitraje es cuestión de percepción y cada persona tiene opiniones diferentes, es insostenible seguir teniendo esta clase de arbitraje, sean partidos de alto impacto como clásicos o partidos sencillos de equipos de media o baja posición en la tabla general, no se puede seguir con esta clase de arbitraje.
Entre ellos están incomunicados, para ingresos de jugadoras tras lesión o cambios, hay que esperar un mundo porque no se escuchas entre ellas, porque no pueden prontamente ponerse de acuerdo o escuchar razones de marcar faltas o fueras de lugar o incluso faltas dentro del área que terminan en penal.
En el mundo ideal, el arbitraje no debe ser protagonista en el partido, ni determinante para el resultado del encuentro, pero en la Liga Femenil parece ser que se espera cada partido para ver ahora cómo afectará el arbitraje y eso sin importar colores o que se diga que se tiene la tendencia más hacia un equipo u otro, porque a estas alturas todos los 18 equipos se han visto afectados o beneficiados por los errores arbitrales.
Se necesitan las herramientas para que sea más sencillo o fluido el trabajo de la cuarteta arbitral, sí, pero no es lo único, se necesita capacitación constante, tener más claro el reglamento de cómo juzgar ciertas faltas o ciertos temas polémicos como manos dentro del área porque el criterio debe estar mucho más canalizado a una generalidad o a que pueda aplicar más o menos de igual manera para los nueve partidos durante las 17 jornadas.
De cara a una Liguilla más en la Liga Femenil, la esperanza de que el arbitraje sea lo más tranquilo y parejo posible, que no sea trascendente y que se vayan viendo las mejorías, y la evolución que esta Liga merece, ya se quedaron obsoletas las excusas de que la Liga Femenil no vende o no crea su propia ganancia, y merece un arbitraje más capaz y de mayor calidad.