Por Osvel Cantú
Una gran promesa llegó a Vikingos con la primera selección del esperado draft 2014, se trató de Anthony Barr, linebacker de la universidad de UCLA, quien fue seleccionado en el pick número nueve global.
De inicio, todo encajó perfecto, un jugador base en el esquema defensivo del recién llegado Head Coach Mike Zimmer, iniciando una nueva era para Vikings, quienes pasaron de ser un desastre a nivel defensivo, a forjar una defensa temida, e incluso, respetada en cualquier campo, teniendo al nacido South Bend, Indiana como un referente de esta línea.
Sus primeros años en el equipo fueron a gran nivel, hasta podía catalogarse como una verdadera “luna de miel” con la franquicia y con su Head Coach, nos hacía pensar, que su nivel de juego iba a ser constante.
Para recordarles el contexto, Vikings se hizo de los servicios del QB ex de Washington, Kirk Cousins en el 2018, con un contrato garantizado de escándalo en su momento, hipotecando el futuro del equipo, trayendo consigo la exigencia de mejores contratos para otros jugadores claves y poniendo a la dupla Spielman/Zimmer a jugarse su futuro en una apuesta, que al paso del tiempo les costó su permanencia en el club.
El problema para Barr llegó en el año de dejar su contrato de novato. En el 2019, vio como otros compañeros de equipo firmaron grandes extensiones (Xavier Rhodes, Riley Reiff, Trae Waynes, Linval Joseph, entre otros).
Barr, siendo ya en este año, cuatro de cinco temporadas jugador de Pro Bowl y con 71 juegos jugados, 7 balones sueltos provocados y 13.5 capturas hasta ese momento, además de ser un vendedor de Jersey nato, un líder dentro del campo y piedra angular de la Defensa de Zimmer, decidió no aceptar el ofrecimiento de la franquicia e ir a probar suerte en el campo de entrenamiento de los Jets de New York, situación que no prosperó, pero su forma de ejercer presión en la franquicia, hizo que Vikings le ofreciera un salario muy pobre por el tope salarial, pero acompañado de un bono muy jugoso por firma, el cual le trajo como consecuencia su mejor año en ingresos como jugador profesional de la NFL.
Esta situación fue un parteaguas en la carrera de Barr como jugador de Vikings. Sus últimos tres años en el equipo, han sido marcados de altibajos, lesiones y de la lamentable máxima en el deporte profesional, “hacen como que me pagan, hago como que juego”.
El actual Barr se ha perdido 22 juegos de los últimos 50 como Vikingo y en lo personal, me ha dejado la sensación de que juega a nivel aceptable a superior, sólo en el juego inaugural de la temporada y los últimos dos o tres de la misma, dándome la sensación que procura más lo económico que el triunfo en conjunto en lo deportivo.
Ahora bien, dato medido y concreto: Sus tacleadas en solitario han bajado una enormidad, ahora hace lo mismo de tacleada por asistencia que por placaje solo, es decir, un jugador promedio que cuesta mínimo sus ocho millones 500 mil dólares, simplemente no lo vale, y menos en una franquicia en donde el espacio salarial está en números rojos.
Cabe destacar que, Barr recientemente fue nominado por parte de los Vikings para el premio “Walter Payton NFL Man of the Year 2021”, en reconocimiento al impacto que ha tenido en la afición de Minnesota. Además de brindar apoyo a la comunidad con su fundación “Raise the Barr”, la cual busca aumentar las oportunidades y la movilidad económica de las familias monoparentales a través de la educación.
Como si se tratara de una despedida adelantada, y quizá trazando nuevos horizontes, al termino del partido de la semana 18 contra Chicago Bears, Barr comentó en rueda de prensa lo siguiente “Ha sido un placer ser un Vikings durante los últimos ocho años” agregando “No estoy muy seguro de lo que depara el futuro, pero sea lo que sea, siempre tendré un lugar especial en mi corazón para Minnesota…”.
Recordemos que Antonhy Barr se convirtió en agente libre, y tiene la libertad de firmar contrato con cualquier equipo de la NFL ¿Culpables?, tú puedes escoger. Ahí tienes a Spielman/Zimmer, o bien, culpen a Kirk Cousins, culpen a los hermanos Wilf, culpen al propio Anthony Barr o simplemente reconozcamos que la apuesta del futuro del equipo no salió como lo esperábamos, dándonos como resultado el tener un jugador desmotivado, regalando migajas de calidad, cuando puede y quiere, a fin de cuentas, es necesario para asegurar otro contrato.
La mejor opinión la tienes tú. ¿Qué opinas?