Jornada 5, sábado 22 de agosto del 2009, estadio Universitario, clásico 89.
Un rebote dentro del área, una pelota bombeada y un remate impecable de bolea.
Un señor golazo.
Rayados venía de una racha de 6 partidos sin victoria contra Tigres y esa tarde de visita se presentaba como víctima.
Pero un héroe inesperado le devolvió la esperanza con un gol que en ese momento se convirtió en el empate y más tarde ayudo a una victoria necesaria en patio ajeno.
Las imágenes de ese gol aún están nítidas en la memoria de su protagonista.
Severo Meza nos comparte de primera mano lo que vivió el día en que para todos los Rayados se convirtió en Severo Messi.