La llave para avanzar a semifinales este sábado tiene un nombre: Rogelio Funes Mori.
El mellizo ha tenido un torneo complicado al perderse la segunda mitad del torneo por una lesión.
Ante la ausencia de Funes se ausentó también el peligro latente de gol.
Hay que reconocerlo, Rayados es uno con el Melli y otro mucho más dócil, sin él.
El miércoles en el Azteca bastaron 20 minutos en el campo para demostrar su peligrosidad.
Si Pizarro fuera aquél de la primera etapa con la pandilla, el equipo hubiera marcado al menos un gol.
A veces necesitamos perder algo para saber cuánto lo necesitábamos. Muchos detractores de Funes han visto en estas últimas jornadas lo que la prensa chilanga se niega a ver: el volumen de juego y de peligro que genera el 7.
No es solo un delantero de área. Conforme pasa el tiempo, Funes ha sabido jugar por las bandas, botarse y sobre todo, se ha vuelto implacable al jugar de espalda a la portería. Algo que le ha costado mucho a Bertre y Aguirre.
La probadita del miércoles nos da a pensar que Vuce tiene que darle un espacio en el cuadro titular el sábado.
El cruz azul del potro se ha vuelto un equipo equilibrado y pragmático.
Si quiere hacerle daño y no andar sufriendo al final, el argentino tiene que comandar la ofensiva.
La clave para avanzar y soñar con el campeonato es sencilla: la pelota siempre al 7.
