Los primeros tiempos de Tigres ilusionan demasiado.
Los futbolistas atacan por dentro y por fuera, con intensidad pero también con idea.
Ante Pumas, con esto alcanzó para finiquitar el encuentro en 45 minutos.
Sin embargo, en la segunda mitad se le dio vida a los de la UNAM, al grado de que Nahuel Guzmán tuvo que desempolvar su capa de héroe, y aunque todos nos quedamos con el recuerdo de ese túnel realizado por Sebastián Córdova; genialmente definido por el mejor futbolista de la Liga Mx: André-Pierre Gignac, minutos antes vivimos el juego al filo de la butaca.
Con Bravos ocurrió algo similar, con la diferencia de que esta vez no alcanzó para ganar.
¿Qué pasa en las segundas mitades que Tigres baja tanto de nivel?
Muchos adjudican esto a los ‘excesivos’ cambios del ‘Chima’.
Dicen que Ruíz termina por confundirlos.
Otros le echan la culpa a la media, asegurando que alentan el juego e irremediablemente sacan la baraja de la edad.
‘Algunos futbolistas de Tigres ya no da para 90 minutos’, dicen.
No obstante, yo pienso que, más que Tigres, lo que los hace bajar tanto de nivel son los rivales.
Creo que este equipo batalla mucho para reinventarse dentro de un mismo partido.
La falta de variantes que padece Tigres desde los últimos torneos con Tuca, que se agudizó con Miguel Herrera y que parecía componerse un poco con Diego Cocca, se ha manifestado en estos primeros dos partidos al mando del ‘Chima’ Ruíz.
O al menos así ha sido en los segundos tiempos.
No me han parecido malos los cambios que ha hecho, ojo.
Creo que la intención es buena.
El tema es que en la cancha el futbolista no ha sabido responder de la mejor manera, y equipos como San Luis y ahora Bravos han salido del ‘Volcán’ con un punto en el bolsillo.
Tigres sigue invicto en el Clausura 2023, y eso se celebra.
Pero aún faltan algunas cosas por corregir si queremos acabar el semestre como campeones.
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