POR ALEX MARTÍNEZ
Es raro ver como los futbolistas se están acostumbrando a la nueva normalidad: un fútbol sin afición, pocos abrazos de gol, contagios al por mayor, los técnicos armando su once a como se pueda.
Sí, todos estos ingredientes es el pan de cada día, pero bueno al menos más de cuatro centenas de jugadores pudieron seguir su vida en la Máxima Categoría.
La otra cara de la moneda la viven 34 futbolistas que apenas hace unos meses se divertían con el balón dentro del balompié profesional y ahora están batallando para encontrar un nuevo horizonte.
“Se toman decisiones y es aceptable no entrar en planes de este nuevo proyecto, al final uno trata de verle el lado positivo a las cosas, y si se cierra una puerta, otras más se abrirán”, comentó Gabriel Achilier en entrevista para Fox Sports, quien jugaba para el Morelia, club que mutó a Mazatlán.
En esta lista de desempleados destacan dos peces gordos que ya nos los quisieron en la Sultana del Norte: el defensor Leonel Vangioni, a quien los hinchas de Rayados aún le lloran, en la mente del fan albiazul quedará tatuada la imagen del ‘Piri’anotando el gol del título ante América en 2019.
En Tigres se cansaron de esperar a que funcionara Enner Valencia, el delantero felino fue perdiendo su olfato goleador y no le quedó de otra que salir de la institución nicolaita.
Entre Juárez, Gallos y San Luis suman a casi la mitad de futbolistas sin trabajo: Ángel Sagal, Edy Brambila, Manuel Viniegra, Diego Rolan, Marco Canales, Jair Pereira, Alexis Pérez, Jeison Lucumi, Michael Pérez, Victor Milke, Antonio Portales, Diego Hernández, Pedro Álvarez, Javier Cortes y Roberto Salcedo.
Si juntamos a todos los futbolistas desempleados fácil podríamos armar un equipo de buen nivel, ya que en todas las posiciones encontraríamos a alguien de grandes cualidades con la esférica.
Para un futbolista de alto rendimiento el no tener equipo no debe ser impedimento para seguir sus principios ya sea en casa o en cualquier sitio, por ejemplo: Jown Cardona, ex de León, a quien se le vio jugando en el llano, pero solo por amor al arte; una cascarita a nadie le viene mal.
“Dicen que jugué por una lana, yo no sé de qué lana está hablando. Yo nunca en mi vida he salido a jugar un partido por cobrar, no estoy necesitado y tengo a mi familia viviendo muy bien gracias a Dios”, explicó el jugador colombiano en Fiera manía.
