Por Rubén Almaguer
Una vez caminando por la carpeta asfáltica de la Ciudad de México me di cuenta que mis zapatos regios raspaban mucho, todo esto muy cerca del Estadio Azteca donde un citadino me dijo que grande se ve, y yo casi resbalaba con mis zapatos por el cemento que estaba resbaladizo, cuando el señor que estaba con su playera azul me ayudó a levantar y recordar una cosa con pasado.
¿Usted no es de por aquí?, me cuestiono el señor con su playera azul con cruz y blanco a lo cual le respondí, “es usted muy sabio, cómo el Estadio Azteca que impone presencia a largas distancias, inmediato comenzó un diálogo de vida unida al fútbol.
Ahí donde dos mexicanos de diferentes regiones del país se entendían, primero había que creer que a más de 1000 km de distancia exista la confianza de ayudarnos y entendernos, esos dones son los privilegios que dios nos da con nuestra vida y el fútbol.
Y después las grandes memorias con un estadio y sus calles construidos con trabajadores de la cooperativa del Cruz Azul en aquellos años, y mis zapatos que no se entendían con un cemento áspero, por qué siempre caminaban sobre una carpeta asfáltica ligera hecha por la cementera regia.
Tigres vs Cruz Azul el llamado e interpretado Clásico cementero, pero yo más bien le agregaría un partido de historia para los libros con gran peso de concreto.
El coloso de la colonia de Santa Úrsula, es una casa donde el color azul y blanco ha encontrado placeres y conquistas y una que otra mala tarde, y justamente los Tigres han redactado con piel y tela auriazul una tarde de final épica.
En la temporada 79-80 disputaron una gran final de vuelta interpretada la mejor final del siglo XIX del balompié azteca, un enorme dato que luce a pensar que está rivalidad siempre tenga sabor y más en instancias de Liguilla.
El hincha azul con su cruz grande y fuerte ya era mi amigo de fútbol, pero más de la vida por recordar y vivir, y ahora a pensar si mis zapatos regios podrán adaptarse a no resbalar por el cemento azul capitalino y no extrañar el piso de Monterrey hecho por cemento regio.
La historia y el pasado me gustan por que se escriben con los presentes que tenemos ahora, y podré pensar si Tigres tendrá zapatos para poder pisotearle el piso hecho con cemento Cruz Azul.
Ya los veré caminado por rumbos de fútbol que esos están hechos por los dioses del concreto.