Por Adriana Espinosa
En una temporada en la que la distancia entre equipos se ha reducido, la lucha por el último boleto a Liguilla refleja los matices de una liga en crecimiento. Todavía con muchas deudas, el futbol femenino en México, parece compensar las deficiencias económicas con competitividad y talento, dejando en claro que no hay plantilla, ni jugadora, más valiosa que otra.
Contrario a lo habitual, esta jornada debe analizarse partiendo de la tabla general. Santos ha tenido un cierre de campaña fabuloso, sumando otra victoria -con goleada incluida- sobre Juárez, de tres goles por cero. Asimismo, León comienza a despedir este torneo, no sin antes derrotar dos por uno a las Enfranjadas que, aun estando en la zona baja, podrían ser determinantes para definir a las ocho invitadas a Liguilla.
Entre los equipos ya asegurados para la segunda fase del campeonato, se encuentran las Diablas y Tuzas. Por un lado, el infierno parece arder con más furia en cada partido, esta vez al vencer dos por uno a San Luis. En cambio, el paso constante de Pachuca en sus últimos encuentros, se ha visto entorpecido tras la derrota que las dirigidas por Toña Is han tenido en Aguascalientes.
Por supuesto, todo el mérito ha sido de las Centellas, que han sabido aguantar y definir en el momento justo. Querétaro y Tijuana, ya tampoco con posibilidades de Liguilla, han dejado buenas sensaciones en su último encuentro, donde las de Rossi han sumado tres puntos.
Vaya momento el de las queretanas para volver a ganar pues, su próximo encuentro frente a las Celestes, será fundamental -al menos para las capitalinas- en la búsqueda por ese octavo y último boleto a la fiesta grande. Después de su derrota de dos a uno contra las Águilas, Cruz Azul tiene dos escenarios posibles para clasificar. El primero de ellos – el más fácil – es conseguir la victoria en la última jornada, aunado a una derrota por parte de América. Una segunda opción -menos probable- es golear a Querétaro por una diferencia de más de cuatro goles, sumado a un empate entre América y La Franja. Una posición sumamente comprometedora en la que, no obstante, se han puesto las mismas Celestes.
Como muchas otras veces, el arbitraje ha sido protagonista, y no precisamente para bien. En el caso de Pumas, el empate contra Atlas parece inverosímil cuando, las universitarias, han marcado un gol legítimo que, sin embargo, no ha sumado al marcador. Un uno a uno que, si bien no afecta en la clasificación a ninguna, sí daña a las Auriazules en la posición, pues de haber conseguido los tres puntos, serían cuartas al momento. Por supuesto, si de errores hablamos, el Clásico de Rayas -seguiremos trabajando en el nombre- entre Chivas y Monterrey, es el más claro ejemplo. Pero antes de hablar del partido de la semana, habrá que aplaudir el trabajo de Mazatlán, que metió un susto a todo Tigres, que al final rescató el empate en el Volcán.
Ahora sí. Pese a la desconfianza y duda que muchas pudieron tener al no ver a Licha Cervantes en la convocatoria, Guadalajara ha dejado clara su postura, su talento y su ambición. Una manita para destapar las fallas que el cuadro de Rayadas continúa teniendo en lo táctico y colectivo. Dos errores al inicio del segundo tiempo que han desembocado en los primeros goles para Chivas, seguidos del hat-trick de Montoya, que se dejó una obra de arte en su tercer gol. No obstante, el marcador parece algo engañoso.
Claro que existió una superioridad de Guadalajara durante la segunda mitad, pero Monterrey no lo hizo mal en el primer tiempo, lo que hace más grave las intervenciones de la árbitra. Dos penales mal señalados, uno que no se marca en la primera mitad, y otro que se pita, pero nunca existió. Un gol que tampoco se decreta, aun cuando claramente la pelota había cruzado la línea, a favor de Monterrey. Además de una expulsión – aquí se puede discrepar- exagerada por la que se va la capitana rojiblanca, Miriam Castillo.
De esta manera, los dos polos de la clasificación estarán en juego hasta la última jornada. En lo alto de la tabla, Chivas buscará quitar el liderato a Tigres, mientras Cruz Azul se jugará la vida frente a Querétaro, esperando un milagro -vaya ironía- en la Ciudad de los Ángeles, donde dependiendo del primer encuentro, Puebla podría ayudar a las Celestes.
Final cardiaco, que ojalá nos sorprenda como lo ha hecho toda la temporada.
