Es verdad que el aficionado, por lo regular, opina de manera visceral y propone alineaciones o dibujos tácticos sin fondo ni argumento.
También es cierto que la opinión popular tiende a ser muy cambiante; hoy aman a Nahuel y mañana lo querrán correr. Hoy le ponen a su hijo André-Pierre Gignac y en dos semanas más no le hallarán sentido a su renovación.
Todo es verdad.
Sin embargo, este torneo no estuvieron tan alejados de la realidad.
El hincha cerveza en mano que no hace mucho tiempo pedía a Tomas Boy en sustitución de Tuca Ferreti, a Espericueta y Pulido en el once titular y no sé cuánta cosa más, en el Guardianes 2021 se limitó a rogar minutos para un tal Leo Fernández y Diente López.
Lo curioso es que, cuando Ricardo los alineó (por necesidad o sabrá Dios por qué), el equipo, o halló la forma de ganar, o se acercó bastante a ello.
En cambio, cuando Ferreti optó por sus formas y sus jugadores, se perdió o se empató.
Se sufrió… se sufrió mucho.
Con esto no estoy diciendo que la directiva deba hacerle caso a los aficionados. Nada de eso. Solo le recuerdo a la gente que todos esos tipos a los que tanto menospreciamos, tienen a Tigres en su lista de prioridades; desayunan, almuerzan, comen, meriendan y cenan pensando en su equipo… algo le deben de saber.
Y como muestra ofrezco el actual torneo.
Independientemente de lo que suceda ante Chivas, les recuerdo que la propuesta de Tuca Ferreti llevó a Tigres a perder y empatar partidos de manera absurda, y hoy están a noventa minutos de hacer un papelón del tamaño del volcán.
Mientras que la locura de la gente contemplaba a elementos que la hicieron de héroes en momentos importantes, y hoy es gracias a ellos que el club esté ante la posibilidad de rescatar un torneo deplorable.
¿Que la afición no sabe de fútbol?
Expertos no son, claro está. Pero a veces la pelota se pone a modo.
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