Lo que Mauricio Doehner pretende lograr con Tigres, va más allá de lo que se haga o deje de hacer con el balón; de los triunfos de temporada regular y de las victorias que le permiten al equipo dar la vuelta olímpica y bordarse una estrella en el escudo.
El hombre entiende que Tigres es más que un simple club de fútbol. Sabe, mejor dicho, que el fútbol, en Nuevo León, ha dejado de ser ese deporte en el que la competencia se limita a meter más goles que el rival y recibir los menos.
El juego se ha convertido en una industria de dimensiones colosales, dentro de la cual importa todo.
No basta con armar un equipo ganador; Tigres debe demostrar, fuera y dentro de la cancha, la grandeza de la empresa que los representa, y dicha grandeza precisa de los mejores jugadores y del mejor entrenador; de las mejores instalaciones y de aspirar siempre a la gloria; yendo un paso por delante del resto de los competidores.
En el camino, sin embargo, Mauricio Doehner se encontrará con el escepticismo y la reprobación de aquellos hinchas que permanecen renuentes al cambio. Que creen que el único camino para llegar al éxito fue el tomado en la década pasada, y por ende, toda propuesta la reciben como una amenaza.
Por lo pronto, Mauricio renunció al confort y le dio las gracias a uno de los pocos entrenadores en el fútbol mexicano (quizás el único) que te garantiza cierta estabilidad táctica y competitiva, para firmar a un director técnico atrevido y con hambre de siempre lograr un poquito más de lo presupuestado, asumiendo los riesgos a los cuales se pueda enfrentar.
Muchos se burlaron cuando Mauricio pensó en fichar a Florian Thauvin. Lo tacharon de loco pues lo estimaban imposible; hoy el francés ya entrena con Tigres.
Propuso una suerte de orden de compra para futuras contrataciones, a través de la cual el entrenador deberá argumentar por qué quiere contratar a determinado jugador, esto con el fin de cuidar a los activos del equipo y así evitar que se devalúen en la banca por temas que no tengan nada que ver con lo futbolístico.
Puso sobre la mesa la remodelación/construcción del estadio; se planteó por vez primera dejar Zuazua, pensando en el bienestar de los jugadores y su correcto descanso.
Y todo esto antes de que comience a rodar la pelota…
Podrá gustar o no, pero es un hecho que Tigres tiene como líder a un hombre innovador.
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