POR DIEGO DE MONTEMAYOR
Tenía que venir un argentino, el más criticado y el más señalado para decir una gran verdad: los árbitros de Concacaf no están capacitados.
Todos estamos de acuerdo en que el grito homofóbico ha pasado de una anécdota a un problema, pero también hay que decirlo que no tiene el contexto que FIFA le da.
Otra realidad es que el grito aparece en momentos de frustración y los momentos de frustración de la Selección de México casi siempre tiene que ver con el arbitraje, porque los árbitros en la zona donde juega México son igual de malos que el nivel de sus selecciones, donde se salvan dos o tres.
Muestra de que el arbitraje es malo es la jugada donde tristemente Hirving Lozano sale conmocionado, si bien el choque con el arquero es una jugada netamente futbolera y accidental antes hay un empujón evidente, que debió marcarse como penal.
Con todo este contexto podemos decir una cosa: Funes Mori los tiene grandes… el Melli tuvo los tamaños para decir una gran verdad, que duele porque nadie se atreve, que cala porque es una crítica fundamenta.
“Lo vimos todos. Fue una jugada muy desafortunada. Era un penal más grande que una casa. A veces los árbitros no están capacitados para estos partidos, son ellos los que generan el grito de la gente, el enojo de la gente, esperemos que por favor puedan hacer algo para que pongan árbitros que estén capacitados” , dijo tras el empate 0-0 ante Trinidad y Tobago en la Copa Oro.
Las declaraciones de Funes Mori no responsabilizan a los árbitros de un resultado, sino de una acción que escala la calentura del partido.
A México le robaron un penal, le robaron un gol y hoy la crítica va ser al Melli por ser salvajemente sincero… lo dijo y tiene el respaldo de muchos, aunque a las televisoras les cale.
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