André-Pierre Gignac es el jugador más emblemático en la historia del fútbol regiomontano… y en una de esas del país.
Porque a la Liga mexicana han llegado futbolistas con mayor técnica en los botines o que por ahí ganaron más títulos o anotaron más goles que el francés, pero lo que te ofrece Gignac va más allá de la suma en el marcador o de las estrellas que se bordan en el escudo.
El ‘10’ de Tigres es uno de esos elementos que devuelven el fútbol a donde nunca debió de salir. A ese escenario mágico donde los niños piensan que el futbolista es un héroe que usa tachones y no capa, aunque a veces vuela para rematar una pelota de cabeza y los eleva a ellos también.
El Bomboro, como lo apodó don Roberto Hernández Jr., ha sido embajador del equipo de Tigres, atrayendo aficionados de todas partes de México… y también de Francia.
Sus goles han marcado una nueva era en las tribunas.
Así como en 2011 muchos se enamoraron de los colores amarillo con azul, en 2015, con la llegada de Gignac, se sumaron muchos otros a las gradas, y exigieron de otra manera.
Con un poco más de soberbia, quizás. Porque resulta que en la cancha tienen al mejor de la Liga, y si él está, todo es posible.
Y es aquí donde surge la pregunta que da título a esta pieza:
¿Volveremos a ver al mejor Gignac?
Lo más probable es que tenga minutos ante León y que juegue el clásico regiomontano.
Que en una de esas le cuesten los primeros partidos… ¿pero después?
Su calidad profesionalismo nos indican que sí, que André-Pierre va a volver y que sus aficionados seguirán deleitándose con sus goles.
¿Pero cuántos?
¿Con cuanta frecuencia?
¿Seguirá siendo el héroe de los partidos, o acaso irá heredándole el trono a Diente López?
Si me lo preguntas a mí, te diré que sí.
Que con treinta y cinco encima Gignac hallará la manera de ofrecernos su mejor versión.
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