André-Pierre Gignac llegó al equipo de Tigres en el año 2015, y desde entonces la historia del club cambió por completo.
Había tres estrellas en el escudo… ahora brillan siete.
Tigres era hijo irrefutable de los Rayados de Monterrey… hoy pueden presumir haberles ganado en toda instancia posible, incluyendo una Final.
¿Que el equipo no figuraba a nivel internacional?
Llegó Gignac y en sus primeros ciento ochenta minutos colaboró para que Tigres se metiera a la Final de la Copa Libertadores.
Un gol suyo le permitió al Universitario de Nuevo León consagrarse campeón de la CONCACAF en 2020, y en 2021 llevó al equipo a la final del mundo.
Es el máximo goleador en la historia de Tigres, y sin embargo, aunque duela aceptarlo, todo parece indicar que la edad comienza a hacer de las suyas.
Los reflejos ya no son los de antes; tampoco los disparos ni los quiebres habituales.
¿Que las ganas y el compromiso siguen estando?
Sí…
Pero Gignac se consagró como ídolo, no solo por su entrega, sino por su talento y su capacidad.
Y aunque el talento no se acaba, la capacidad sí tiene fecha de caducidad… y la del francés parece estar próxima a vencer.
No debemos alarmarnos ni poner el grito en el cielo.
Desde que se le renovó el contrato a Gignac, debimos suponer que nos tocaría verlo en un claro descenso futbolístico.
Es normal.
Incluso, si lo comparamos con otras grandes figuras de nuestro balompié, debemos ser agradecidos con la pelota.
No cualquiera ve a su referente brillar con más de treinta años encima.
Con todo lo expuesto en esta columna, ¿podemos asegurar que Tigres ya no necesita a Gignac?
Quizás si vemos la necesidad como una suerte de dependencia, podemos decir que sí, que es triste pero cierto, que Tigres ya no depende de Gignac.
Pero yo veo la necesidad más allá de la dependencia.
Más allá de los goles que ahora pueda anotar el ‘Diente’ López, por ejemplo, yo veo la personalidad y el carácter de André. El empuje. El saber que en ese campito verde está… o al menos puede estar la última leyenda del fútbol mexicano.
Porque Gignac es justo eso: una leyenda.
Y las leyendas no entienden de tiempos ni razones.
Entonces, me van a tener que disculpar, pero yo no solo discrepo con quienes cometen la tontería de asegurar que Tigres ya no necesita a Gignac, sino que los tacho de ilusos. De ingenuos. De ignorantes. Sobre todo de eso último: ignorantes.
Porque se necesita ser muy ignorante del juego para pensar que uno puede desprenderse así nomás de los genios.
¿Gignac ya no es el de antes?
Es verdad.
¿En algún momento veremos al francés en la banca?
Supongo que sí.
Pero demos por hecho que lo que André te puede ofrecer no te lo da nadie más.
Capaz se volverá un jugador de recambio, y está bien.
Pero no nos sumemos a la estupidez esa de creer que Tigres ya no necesita de su mago.
Que cuando lo veamos volver no sabremos dónde meter la cara y ni mil disculpas serán suficientes.
Twitter: JaimeGarza94
Instagram: JaimeGarzaEditorial
