El partido entre Tigres y Necaxa del domingo pasado es difícil de analizar.
Por muy positivos que queramos ser (sin que necesariamente dicha actitud implique un mentira), lo cierto es que Tigres empató contra un rival al cual debió vencer y nuevamente se dejaron ir puntos como locales.
Eso es lo que le importa a la gente, y está bien.
En parte tienen razón.
Por eso hablaré menos del encuentro y más de un jugador que tiene todo para llenarle el ojo a Miguel Herrera, pero a quien también el hambre lo puede traicionar.
Raymundo Fulgencio es ese elemento de perfil bajo y alta calidad que al ‘Piojo’ le gusta aprovechar.
Encara y lo hace bien; se arriesga y le sale.
El muchacho tiene ángel
Además hay aficionados en la tribuna que se rinden ante sus recortes y se animan a confiar en él, porque le ven talento.
Pero a su vez hay quienes lo estiman demasiado revolucionado, y creo que no están del todo equivocados.
Raymundo Fulgencio tiene todo para brillar con el equipo de Tigres. Pero cuando le ganan las ganas acaba por hacer un recorte de más o por centrar sin saber a quién.
Hay futbolistas que se quedan sin idea cuando llegan a línea final. El caso de Raymundo es justo lo contrario, aunque en ocasiones se obtiene el mismo resultado.
Porque el chico nunca se queda sin ideas.
El problema es que estas se les empalman unas arriba de las otras y al final decide mal.
Fulgencio sabe que en Tigres se juega la chance de su vida, y es completamente normal que de pronto se le vea un tanto ansioso dentro del terreno de juego.
Esperemos y que con el paso del tiempo el muchacho vaya adquiriendo confianza y, ¿por qué no? En una de esas hasta lo veamos consagrado como un titular indiscutible en los parados tácticos de Miguel: el ‘Piojo’ Herrera.
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