Esta no es la capital del futbol, tampoco donde nació este bello deporte, ni donde fue reinventado con magia. Se trata en realidad de París, donde brilla la elegancia, la delicadeza pero, sobre todo, la pasión por la vida. La Cuidad de las Luces ha sido cuna de hombres y mujeres sensibles al arte, de un amor profundo por la humanidad. Un lugar en el que el cielo siempre aparece iluminado por toda clase de estrellas, como las de esta noche, en la que la Reina de Catalunya ha recibido la joya faltante de su corona. Después de firmar un verano histórico, el Barcelona no deja de ser protagonista de los más aclamados galardones. Lo hicieron primero como equipo, firmando el soñado triplete, y ahora lo hacen de manera individual, para confirmación del gran equipo que son en la actualidad.
Sin duda, en la plantilla del cuadro blaugrana se encuentran nombres notables, aunque solo uno para enmarcar en oro. El de Alexia Putellas, ganadora de todas las competiciones a nivel clubes, Mejor Jugadora de la UEFA, Mejor Centrocampista de la UEFA, y ahora también, de manera inevitable, ganadora del Ballon D’Or (Balón de Oro). Frente a sus colegas, la capitana del Barcelona recibió uno de los premios más aplaudidos en todo el planeta, que ya suma tres ediciones en la rama femenil. Un galardón que Alexia ha recibido como la líder que siempre se ha sido; humilde, recta y apasionada. Ningún titubeo para reconocer a sus co-nominadas, agradecer a todas las personas que han formado parte de su carrera, y compartir el Balón con su equipo. Hubo sorpresa en sus ojos, algo de sonrojo ante las miradas pero, sobre todo, existió emoción en sus palabras, que después de evocar la maravilla que han sido los últimos meses, han recordado a su padre.
La pausa en el discurso fue obligatoria antes de poder dedicar su más reciente éxito. “Espero que estés muy orgullosa de tu hija” comenzó diciendo, para después añadir un emotivo “Allí donde estés, esto es para ti, papá”. De esa manera, Alexia recordó lo importante que fue su padre, fallecido hace algunos años, y cómo aquello la impulsó a hacer del futbol su propio refugio. A través del balón, la originaria de Mollet de Vallès, encontró la forma de seguir adelante, de dar otro sentido a su vida y convertirse en el ejemplo que hoy inspira a tantas personas. Un ejemplo de constancia y disciplina, lo mismo que de coraje y pasión. La futbolista de una zurda prodigiosa, con una mirada única. Desequilibrante en el campo, creadora de fantasías, orgullo de su cuidad y equipos de los que ha formado y sigue siendo parte. En una noche blaugrana, apreció sobre todas ellas la estrella de Putellas, con la misma intensidad que una constelación para guiar a otras.
France Football no solo ha premiado a la mejor futbolista, sino también a la que seguro será, o ya es, una leyenda, respaldada por sus número pero, admirada todavía más por sus principios. El del respeto por el rival; de solidaridad con sus compañeras de vestuario, de profesión; de lealtad por un escudo; de honestidad para aceptar sus errores en el fracaso, y su mérito ante la victoria. Esa es Alexia Putellas, La Capitana.