Hablar de Tigres femenil es hablar, no solo del mejor equipo del campeonato mexicano, sino de un producto reconocido a nivel mundial.
El reciente fichaje de Mia Fishel: seleccionada nacional de los Estados Unidos de Norteamérica y ahora jugadora número diez de las ‘Amazonas’, es una muestra más de la seriedad que le ha puesto la institución a este proyecto.
Porque lo normal hubiese sido hacer lo que hicieron los demás.
Que la división femenil heredara el arraigo de la varonil y que crecieran a paso lento; temiendo mucho y arriesgando poco.
Sin embargo, ellas tenían otras cosas en mente.
Querían escribir con letras doradas su propia historia, y apostaron a ello desde el primer momento.
¿El resultado?
Siete finales de ocho posibles; cuatro campeonatos y contrataciones de primer nivel.
La llegada de Mia Fishel es una muestra clara de a lo que aspiran las ‘Amazonas’.
Ellas quieren destacar más allá de lo local.
No entienden de límites; retan al destino y casi siempre le ganan.
Nadie hubiera imaginado todo lo que Tigres femenil iba a lograr en sus primeros años de existencia, y no se sorprendan con los cielos que alcancen a mediano plazo.
Este equipo no cree en nadie; el techo se lo ponen ellas solas.
Enhorabuena a las guerreras de la ‘U’, que tienen todo para llevar el nombre de Tigres femenil a la élite del fútbol mundial.
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