Por: Adriana Espinosa
Una expresión utilizada en francés para referirse a algo regular, ni bueno ni malo, y con la que podríamos calificar el primer partido de semifinales entre el Olympique de Lyon y el PSG (3-2). Dos escuadras que, en los últimos años, se han dedicado a dominar Francia y, en el caso del OL, también Europa. Sin embargo, este último encuentro, refleja el estado actual de ambas; con buenos gestos técnicos pero, también con defectos. Evidentemente, algunos errores han sido más graves que otros, como los de la defensa parisina, que han regalado los tres tantos con los que salen de Lyon. Por supuesto, la ventaja es corta, dejando la puerta abierta a una remontada. Una posibilidad que, además, eleva las expectativas de que, aquel segundo encuentro, sea más atractivo que el primero.
“Nos ha faltado equilibrio” aseguró en rueda de prensa Sonia Bompastor, quien entiende que su equipo ha tenido muy buenos tramos de toque durante el partido, sin que esto haya representado su mejor versión. Los años de absoluto dominio comienza a alejarse pues, la gran generación francesa que se impuso en Europa, ya no posee el estado de gracia alcanzado. No obstante, sería absurdo pensar que, las leyendas mueren pronto pues, pese al error que le costó el OL su primer gol en contra, Wendie Renard se mantiene como pieza clave en el esquema lyonés. A partir de su equivocación, la defensa fue creciendo en ritmo, sobre todo después de marcar el empate desde el punto penal. Asimismo, Macario se convirtió en la mejor del encuentro con dos goles en su cuenta, resultado de una presión alta y aprovechamiento de los errores generados.
Lamentablemente para Ada, esta no fue su noche, al menos no goleadora pues, su buen posicionamiento y visión del campo la hacían referente de una gran cantidad de pases.
En el caso parisino, la defensa no solo ha mostrado tener puntos débiles, sino ser una zona sumamente vulnerable. Posiblemente una de las grandes sorpresas ha sido la poca, o incluso nula comunicación entre la arquera Barbora Votíková y la línea defensiva. Concretamente, destaca la jugada del tercer gol del Olympique, en la que tanto la arquera como Dudek mostraron titubeos para despejar el balón, terminando éste en el fondo. Segundo error trascendental de Votíková que, en cinco encuentros en Champions, ha concedido 21 tiros a puerta. Una estadística que, se vuelve más alarmante todavía cuando, en promedio, recibe un gol por partido y, en frente, tiene a uno de los equipos más goleadores del torneo. De cualquier modo, Dudek tuvo la oportunidad de redimirse, anotando el penal que, subió al marcador junto al gol inicial de Katoto. Así, con un resultado que pone en duda el pronóstico final, PSG se aferra a remontar en el Parque de los Príncipes, que vuelve a abrir su puertas a la máxima competición europea (femenil).
Cabe destacar que, la legendaria futbolista francesa, Wendie Renard, cumplió cien partidos en UWCL, escribiendo otro capítulo como Lyonnais.
Una jugadora siete veces campeona de Europa, disputando su última final contra el Barcelona, a quienes espera ver muy pronto nuevamente. Sin embargo, antes de comprar los boletos y hacer la maletas rumbo a Turín, el viaje deberá hacer una escala muy importante en la Ciudad de las Luces, donde París espera iluminarse con un triunfo que les permita sumar su primera Champions, no solo como equipo, sino como club. De lograr su pase, el cuadro femenino sumaría dos finales más que la escuadra masculina, lo que debería servir como un mensaje para la directiva parisina. ¿Qué hubiera pasado si en lugar de fichar a Messi o Ramos, el PSG hubiera fichado a Harder y renovado a Paredes? Quizás nunca lo sepamos pero, valdría la pena reflexionar en ello – aunque Nasser no esté listo para esa conversación –.