Por: Adriana Espinosa
Este domingo se han disputado las semifinales de vuelta de la UWCL. Los cuatro equipos con mayor presencia en finales, no bastos con los récord superados durante esta campaña, batieron los números de asistencia a un partido de fútbol femenino a nivel nacional. En la Wolfsburg Arena, más de 22 mil espectadores asistieron al encuentro entre las Wölfinnen y el FC Barcelona. Mientras, en el Parque de los Príncipes, no solo las 43 mil 254 personas fueron motivo de celebración, sino también la incansable pasión con la que alentaron a las parisinas en todo momento.
Desafortunadamente para el Wolfsburg y PSG, la localía no ha sido suficiente. Tres años después, Alexia Putellas y Ada Hegerber volverán a comandar a sus equipos a una final, lista para disputarse el reinado de Europa. Aunque eliminadas, la derrota jamás le vino tan bien al Wolfsburg pues, las Wölfinnen, además de mantener el invicto como locales, se convirtieron en el primer equipo en vencer al Barça de Giráldez en Champions.
Es verdad que, sabiéndose virtualmente clasificadas, las blaugranas se replegaron sobre el medio campo, lo que dejo un primer tiempo con jugadas inconcretas y un marcador parcial de cero por cero. No obstante, el equipo de Tommy Stroot posee un carácter único, capaz de contrarrestar sus defectos a base de coraje. De esa manera, con un juego sumamente ofensivo y vertical, el Wolfsburg se olvidó de los peligros que supone volcarse por completo al ataque.
Tanto Jansen como Hendrich duplicaron esfuerzos para resistir a los contragolpes catalanes, mientras Pajor, Roord y, sobre todo, Jónsdóttir se abalanzaba sobre el campo rival. Por momentos, el caos se apoderaba del área defendida por Paños quien, junto con Paredes y León, tuvieron que aferrarse a toda clase de recursos para despejar las ráfagas de balones disparadas por las alemanas. Cual cañones, Wassmuth y Roord aprovecharon la oportunidad de disparar para marcar el dos a cero a favor de las locales. Dos tantos para despertar en la grada el sueño de lo imposible. Ya con el tiempo en contra, el Wolfsburg intentó mantenerse cerca de los tres postes defendidos por las Culés, quienes no pudieron dar vuelta al marcador, sin que aquello les representara su eliminación.
Un cinco a tres en el global que, deja al Barcelona en su tercera final en cuatro años, y manda un mensaje contundente de lo que el Wolfsburg es capaz. Porque el cuadro alemán es uno de los más difíciles de vencer, no solo por su talento, sino por el temple inquebrantable que poseen. En cuanto al duelo disputado en la Ciudad de las Luces, pese a contar con el apoyo de toda una ciudad, las parisinas no pudieron concretar la remontada.
Por el contrario, Hegerberg y Renard aprovecharon para demostrar que, aquellos pilares sobre los cuales el Lyon se sostuvo por lo más altos, se mantienen más firmes que nunca. Las dos leyendas del OL, y del fútbol en general, marcaron los dos goles para llevarse la victoria en París. El único tanto del PSG llegó gracias a Katoto, quien logró penetrar la portería de Christiane Endler. La chilena, elegida como mejor jugadora del partido, tuvo una noche mágica, con intervenciones asertivas y una calma incorruptible en momentos claves. Así, el Olympique, al igual que Ada, dejaron claras sus intenciones, que no pueden ser otras sino la reconquista del territorio perdido.
Ahora, después de rugir en París, las heptacampeones marchan con grandes ambiciones hacia Turín, donde han de medirse, una vez más, contra el Barcelona. Una final donde las blaugranas defenderán su corona, intentando ampliar su reinado a una segunda temporada de manera consecutiva. Un auténtico duelo de tronos, donde Renard y Mapi se plantarán como muros difíciles de traspasar, en tanto Hermoso y Cascarino tendrán la misión de hacer temblar el área rival. Dos plantillas comandadas por dos de las mejores futbolistas en la historia. La primera Balón de Oro, Ada Hegeberg, con el deseo incasable de ganarlo todo y volver a lo más alto, ahí donde ahora reina Alexia Putellas, quien habrá de hacer valer todo lo aprendido, desde aquella derrota en Budapest, hasta el éxito alcanzado en Gotemburgo. Así pues, es como empieza la travesía hacia Turín, que el próximo 21 de mayo verá coronada solo a una.