El próximo sábado, en punto de las 19 hrs, Tigres y Necaxa se verán las caras en el ‘Volcán’ Universitario, en un partido de matar o morir para clasificarse a los cuartos de final por el campeonato mexicano.
La alineación está prácticamente confirmada.
En la portería jugará Nahuel Guzmán. De lateral derecho irá Javier Aquino y por izquierda Jesús Angulo. En la central, Samir Caetano e Igor Lichnovsky. En la media de contención jugarán Guido Pizarro y Rafael Carioca; delante de ellos, Sebastián Córdova. Y arriba jugarán Raymundo Fulgencio, André-Pierre Gignac y Luis Quiñones.
Y es precisamente este último jugador el que más dudas le genera a la afición.
¿Por qué?
¿Qué delito cometió Luis Quiñones para que su propia hinchada lo reviente cada que entra a la cancha?
No está en un buen nivel, eso queda claro.
Desde que pidió el aumento de sueldo, el colombiano no ha vuelto a jugar igual, y todo pinta que será de los sacrificados para el próximo torneo.
Sin embargo, Luis Quiñones no es el único futbolista que ha quedado a deber con el equipo de Tigres.
Sobre la mesa pongo el nombre Florian Thauvin, que entre lesiones y malas decisiones, no ha tenido la regularidad esperada y por supuesto que está en deuda con el equipo de Tigres.
Pero a él no se le pega ni una cuarta parte en comparación con lo que se le tira a Luis Quiñones.
¿Por qué?
Por su actitud, por eso.
Porque Luis es un buen futbolista… HASTA AHÍ.
Florian, en cambio, tiene MUCHO MEJOR CARTEL, y aún así se conduce con modestia frente a sus compañeros, acepta ser suplente y reconoce sus errores.
Además, Quiñones ya tocó su techo futbolístico con el equipo de Tigres, y Thauvin aún no.
No sé ustedes, pero yo prefiero darle minutos a un campeón del mundo dispuesto a aportar, que a un jugador bueno a secas que se cree histórico y ni a figura llega.
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