En el mejor de los escenarios, Tigres arrancaba el torneo ganando. ¿Por cuánto? No hubiese importado demasiado. Con que el equipo jugara bien y comenzara a verse de a poco la mano de Diego Cocca, muchos nos habríamos conformado.
Sin embargo, lo mostrado ante Santos Laguna, y, sobre todo, ayer frente a Pachuca, superó cualquier expectativa.
Más allá de los siete goles anotados y la solidez defensiva, lo que ilusiona a muchos aficionados es la forma en que se han obtenido estos resultados.
Se tenía muchas dudas respecto a cómo intentaría jugar Diego Cocca con el equipo de Tigres. Si sería defensivo, como lo fue con el Atlas, o si propondría, como lo hizo en 2014, en Argentina, con el Racing de Avellaneda.
Luego de dos fechas, podemos deducir que con Diego Cocca en el banquillo, Tigres tendrá a un entrenador capacitado para adaptar sus planteamientos tácticos de acuerdo a los distintos escenarios que puedan suscitarse dentro del campo.
Alguien que se replegará en el fondo y jugará al contraataque cuando sea necesario, que tendrá la posesión de la pelota y será paciente en los traslados, pero tampoco abusará de la tenencia y buscará hacer daño por las bandas y por el centro. Abriendo la cancha e interiorizando el juego.
Si bien aún falta mucho camino por recorrer, el arranque de Diego Cocca con el equipo de Tigres promete bastante.
Fernando Gorriarán pareciera que lleva años en la institución, Rafael Carioca sigue demostrando que fue una locura mandarlo a la banca, Jesús Garza poco a poco comienza a consolidarse por la banda de la derecha, Luis Quiñones ha respondido bien a la confianza brindada por Diego Cocca, mientras que arriba, Gignac y compañía han sabido ser contundentes… y todavía falta Nico Ibañez.
Todo bien en este arranque de torneo en el que ha habido chingo de goles, y, sobre todo, en el que ha habido CHINGO DE FÚTBOL.
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