La situación actual entre el ‘Chima’ Ruíz y el equipo de Tigres, es como la de aquel chico que cortejó por años a una muchacha guapa, pero ella no le hacía caso porque estaba demasiado bien en su actual relación.
Una relación de muchos años en la que vivió mil cosas bonitas y apenas una decena de episodios tristes.
Relación sostenida, encima, con un ‘amigo’ del ‘Chima’ que en este caso se llama Ricardo, le apodan el ‘Tuca’ y se apellida Ferretti.
Cuando este noviazgo terminó, los padres de la chica (la afición), le aconsejaron que le diera una oportunidad al siempre presente Marco Antonio Ruíz, pero esta se dejó enamorar por un tipo de labia dulce y emociones fuertes llamado Miguel Herrera.
Nuevamente el ‘Chima’ tuvo que conformarse con un papel secundario. Ser espectador y no protagonista.
Cuando esta relación llegó a su fin, de una manera abrupta y un tanto insana para ambas partes, Marco Antonio esperaba que ahora sí le tocara a él ser quien tratara de hacerla feliz, mas en eso apareció un tipo bastante parecido al del noviazgo casi perfecto de la chica, y sí, de nuevo le tocó perder.
Ya estaba por rendirse el ‘Chima’, cuando este sujeto que parecía ser el verdadero amor de la muchacha la botó de un día para otro, provocándole un dolor con pinta de tragedia.
Fue entonces cuando le llegó su oportunidad de oro a Marco Antonio…
Todo comenzó con el pie derecho.
Los padres de la chica lo recibieron con los brazos abiertos y todo parecía ir de las mil maravillas.
Han pasado algunas semanas, no obstante, y los fantasmas ya se hacen presentes.
Porque a diferencia del novio de toda la vida, el tipo ‘labioso’ y el hombre parecido al primer amor, Marco Antonio no tiene margen de error.
Por eso no le perdonan manías que al ‘Tuca’ sí, como el excesivo respeto a las jerarquías, por ejemplo.
Tampoco le aplauden el ‘huevo’ que la hizo de fundamento en tiempos de Miguel Herrera… y de Diego Cocca mejor ni hablemos.
¿Qué debe hacer el ‘Chima’ para que la muchacha guapa no se le escape por ahí de mayo?
Creer en sí mismo, eso debe hacer.
Tomar sus propias decisiones por muy bravas que estas puedan parecer, asumir sus errores y aprender de ellos cuando las cosas salgan mal.
Anotar las cosas buenas, también, para que estas se vuelvan una constante.
El ‘Chima’ tiene que perder el miedo a que se le caiga el sueño.
Solo así podrá triunfar.
Y si no triunfa… si le toca perder, al menos morirá con la suya.
Pero es lo mejor.
No hay cosa más amarga en la vida que perderlo todo y quedarnos con el ‘hubiera’ atorado en la garganta.
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