Por: René Fernández I Twitter: @Renefdz
Hoy en día brilla con luz propia en un equipo plagado de estrellas.
El canterano de Tigres, Jesús Garza, se encuentra viviendo el sueño de ser futbolista profesional en el equipo de sus amores, pero esta historia pudo haber sido muy diferente si Rayados no lo hubiera dejado libre.
“Ellos buscaban jugadores de otra talla, más alta y nos explicaron y lo entendimos”, recordó Jesús Garza, padre del jugador felino.
Las canchas del Club Primavera, en el municipio de Apodaca, vieron crecer al defensor felino. Ahí jugó de los 5 hasta los 14 años para después recibir una oportunidad en Rayados en donde finalmente no se quedó debido a su físico.
“Pues él siempre fue de estatura baja, incluso fuimos a consultar para ver a qué se debía, si iba a desarrollar o no y la verdad ese fue el motivo”, agregó su padre.
Sin embargo, esta decisión no lo hizo claudicar en busca de su objetivo y con el paso de los meses una nueva puerta se abrió.
“Entonces intentamos que su manera de jugar le diera para una beca deportiva, intentamos que fuera a la UDEM a jugar, se quedó ahí, pero en un partido en contra de Tigres lo vieron y ahí le hicieron la invitación y él tomó la decisión de emigrar a Tigres que era el sueño que él siempre había buscado y gracias a Dios se le dieron las cosas”, finalizó.