Si hay una zona de la cancha en la cual Tigres ha sufrido en el presente torneo, ha sido en el medio campo.
Y es que la propuesta de Miguel Herrera ha sido en todo diferente a lo que sus jugadores venían trabajando.
Antes la prioridad era tener la posesión del balón y salir con paciencia; ahora el Piojo les pide que recuperen y rápido y que lleguen lo antes posible al área contraria con la mayor cantidad de jugadores, y en el trance, como era de esperarse, el pase que solía ser seguro ahora es menos exacto. Se sacrifica la tenencia de la pelota y toman mal parados a los defensas, siendo los mediocampistas los primeros en ser señalados, pues es en esa zona del rectángulo verde donde se tejen los hilos del encuentro.
En pretemporada Juan Pablo Vigón demostró hambre y talento. Aunado a que Guido Pizarro portaba el gafete de capitán y que Rafael Carioca te ofrece cosas que los otros dos no, imaginamos que Tigres practicaría un triple escudo en medio campo y listo.
Se lesionó Pizarro, sin embargo. Después Carioca y Juan Pablo Vigón.
Miguel Herrera tuvo que moverle a sus piezas, y en la maniobra colocó al canterano David Ayala como el hombre importante en la mitad de la cancha.
Estamos casi a mitad de torneo, y sin temor a sonar exagerado, les digo que el muchacho tiene talento suficiente para luchar, desde ya, por un puesto dentro del cuadro titular, aún y cuando estén a disposición del Piojo todos los estelares.
Miguel Herrera ha dicho siempre que en Tigres jugarán los mejores sin respetar nombres ni apellidos.
Si el chico mantiene el buen nivel, ¿qué va a pasar con él?
¿Se atreverá el Piojo a mandar a la banca a Rafa Carioca?
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