Por Adriana Espinosa / @espinosa_2507
La noche del Barcelona en Gotemburgo no es la de un cuento de hadas, sino una odisea de héroes y hazañas. El estadio Gamla Ullevi pudo soñar con coronar a su capitana, Magda Eriksson, orgullo de Suecia, sin embargo, la gloria ha sido conquistada por las catalanas, que cual reloj, han funcionado con total precisión.
Previo al encuentro de este domingo, el día sábado, las alarmas del conjunto blaugrana se vieron encendidas cuando Alexia Putellas presentó molestias durante el entrenamiento. La mediocampista se ha convertido en brújula y espíritu del equipo, por lo que su ausencia pudo cambiar el rumbo del partido. No obstante, todavía con una evidente molestia, Alexia saltó al campo segura del llamado a la victoria. Sin mayores dilataciones, el Barcelona salió en busca del triunfo y, apenas en el primer minuto del encuentro, ya cantaba uno de los cuatro goles que aquella noche los culés habrían de celebrar.
En un ataque que casi se ve culminado por un disparo al travesaño de Martens, Hansen no dudó en recentrar el balón, provocando el caos en el área de Berger y un autogol por parte de Leupole. La defensa londinense parecía desconcertada por el error cometido, sobre todo, teniendo en el césped a dos futbolistas de la jerarquía de Eriksson y Bright. Los intentos de las Blues por filtrar pases al frente se vieron frustrados por un medio campo plagado de jugadoras blaugrana. Hamraoui y Bonmati fueron claves en las recuperaciones, así como Alexia en la distribución de balones, que servían a Hansen y Hermoso.
A los casi quince minutos de juego, el Barcelona se mostró amenazante nuevamente dentro del área rival. Frente al arco, después de un balón retrasado por parte de Graham, Hermoso se disponía a cobrar cerca del punto penal, lugar desde el cual, posterior a la falta cometida, Putellas cobraría el único penal del encuentro. De esa forma, el nombre de Alexia seguía creciendo, ahora con un gol en la primera Champions del Barcelona. Un tanto que resultó catastrófico para un equipo del Chelsea que nunca pudo conectar durante la primera mitad.
Aún sin finalizar el primer tiempo, el Barça concretaría su primer gol al puro estilo culé, tan característico en el planteamiento de Lluís Cortes. De Jenni a Alexia, de Alexia a Aitana, la canterana del Barcelona, marcaría el tercer gol de la noche, firmando lo que parecía un evidente triunfo blaugrana. Una media hora de verdadera desesperación, rabia e impotencia por parte del equipo inglés, que apenas logró, en un par de ocasiones, hacer llegar el balón a Fran Kirby y Sam Kerr. En cuanto a la danesa, Pernille Harder se vio obligada a retroceder para auxiliar en la salida de las Blues. Sin embargo, el marcaje compartido entre Guijarro, Torrejón, Hamraoui y Bonmati, anularon el juego de la mejor jugadora del 2020.
No satisfechas con el marcador, las extranjeras, Martens y Hansen sentenciaron el partido antes de finalizar la primera mitad. En una de tantas y correctas intervenciones, Lieke Martens recorrió la banda por la izquierda, se quitó la marca de Carter, – atravesó la sala, se metió a la cocina –, y sirvió a Graham medio gol, por el que ya nada podía hacer Berger. De esa forma, el equipo de Hayes era derrumbado en lo moral y mental, ya sin ideas y con una carga de desesperación notable en sus pases largos e imprecisos. Todo lo contrario, a Cortes, que aún con el partido a favor, no dejaba de analizar el encuentro desde su zona.
Durante la segunda mitad, el Chelsea buscaba empatar con un gol inmediato. Desafortunadamente para el conjunto inglés, el Barcelona no tuvo inconveniente en defenderse en el fondo, con apenas algunos balones, sin peligro, llegando a las manos de Paños. Mapi León participó con despejes y anticipaciones importantes, además de un temple imperturbable para salir tocando desde el rincón sin ninguna presión más que las del rival.
En el segundo tiempo, Cortes aprovechó para ajustar el equipo, pero no así el esquema, que permaneció intacto al mover futbolistas posición por posición. Por esta razón, Alexia cedió el lugar a Vicky Losada, de alguna manera, también respetando su capitanía frente al Lyon aquella vez que el Barça enfrentaba su primera final europea.
Dos minutos prolongaron el pitazo final, que hizo correr, saltar, caer y gritar a todo el barcelonismo. En contraste, la derrota de las Blues, supone la prolongación de Harder por coronarse en Europa. Sea a nivel clubes o selección, Pernille se ha quedado a las puertas de la gloria en ya cuatro ocasiones: Eurocopa 2017 y UWCL 2018, 2020 y 2021. No obstante, al cuadro de Emma Hayes le ha tocado el papel que el propio Barça desempeñó un par de años atrás, el de un proyecto con detalles que pulir y experiencia que sumar. Al Chelsea se le vio incómodo la mayor parte del encuentro, siendo el buen planteamiento y juego del Barcelona la principal razón.
Así, después de un dominio apabullante del Lyon por cinco años, el Barcelona rompe con la hegemonía francesa y alza la copa de Europa. Un equipo que ha trabajado, luchado y creído en el proyecto, que ha albergado a futbolistas de las cuales ha aprendido, y ha tomado las decisiones necesarias para estar ahí, en lo más alto del futbol femenil. El planteamiento y ejecución han sido las de un reloj, que puntual como siempre, ha llegado a tiempo para alzar su primera UEFA Women’s Champions League.
Si este será el inicio de un dominio o el de una época de reinados cortos, no lo sabemos, pero tanto Barça como Chelsea deben ser motivo de ilusión, pues demuestran que, aunque paulatinamente, la competencia comienza a equilibrarse.
Alexia tenía razón… “Ya no hay distancia”.