Tigres llega a la recta final del Apertura 2022, para sorpresa de muchos, con un gran equilibrio defensivo que los coloca como el equipo menos goleado en lo que va del torneo.
Sin embargo, la falta de creatividad, por parte de los atacantes, ha bajado a los dirigidos por Miguel: el ‘Piojo’ Herrera al quinto lugar de la tabla general, dejándolos en zona de repechaje.
¿No era eso lo que le pedían a Miguel Herrera?, preguntan los defensores del ‘Piojo’.
¿No querían equilibrio defensivo?, agregan, y la respuesta es sí: los aficionados felinos si querían mayor equilibrio defensivo, pero eso no significaba que dejaran de atacar.
Porque el problema de Tigres, en lo que va del semestre, no es la falta de contundencia, sino la falta de ingenio para intentar hacerle daño a los rivales.
No es que Tigres no meta goles. Es que ni sequía genera jugadas de verdadero peligro.
Sus jugadas se limitan a centros que rara vez son enviados bien, y cuando sí, no hay quien lo remate, porque André-Pierre Gignac, en un acto desespero, termina botándose a las bandas y Tigres pierde la oportunidad de encontrarse con el gol… ese gol que los mantuvo bien en los dos torneos anteriores.
¿Qué debe hacer Miguel Herrera?
¿Olvidarse de la defensa y volver a concentrarse solo en el ataque?
No.
¿Entonces?
¿Seguir igual y esperar a que los goles lleguen?
Tampoco.
Equilibrio defensivo; ataque creativo.
Esa es la fórmula.
¿Fácil de lograr?
No.
Pero tomando en consideración el material humano que tiene, aunado a lo que mostró en su primer año al frente de Tigres y lo que logró esta campaña en partidos puntuales, como el duelo ante Santos Laguna, por ejemplo, o el clásico regiomontano 128 ante los Rayados de Monterrey, me atrevo a decir que es una labor por demás alcanzable.
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