‘‘Al margen del resultado, pártanse la madre’, les dijo Osvaldo Batocletti a los juveniles de Tigres previo a un partido importante, y quizás sin darse cuenta, describió en qué consiste el famoso perfil tigre y qué es lo mínimo que el aficionado espera de los jugadores.
El legado de ‘Bato’ quedó inmortalizado en uno de los túneles que dan ingreso al estadio, para que no se olvide nadie de lo que es Tigres.
Y en este semestre tan golpeado para el club, cuerpo técnico, hinchas y futbolistas, la frase parecía quedar como anillo al dedo.
Difícilmente Tigres podía pensar en algo que fuera más allá de luchar con garra y cerrar con dignidad el torneo, y sin embargo, el destino quiso enfrentarlo al único rival con el cual no es opción no ganar.
¿Las formas?
Lo ideal sería que jugando bien, claro.
Que Nahuel Guzmán solo se lance para la foto, la defensa enfríe las posibilidades de los contrarios, los mediocampistas marquen la pauta del juego y que arriba haya contundencia.
Pero en el fútbol y en la vida no siempre las cosas suceden como deberían.
En consecuencia, el hincha debe conformarse con lo posible. Con lo viable. Con lo que, en este caso en particular, esos once vestidos de amarillo hagan o deshagan dentro del terreno de juego.
No hay tiempo para corregir lo que no se ha corregido a lo largo de diecisiete jornadas, un repechaje y dos partidos de cuartos de final.
¿Que algunos jugadores ya se deben ir de la institución?
De acuerdo. Pero ahorita no es momento de dar de baja a nadie y tampoco se puede dar de alta a ningún otro futbolista.
El tema es que tampoco se puede perder. Porque caer duele, pero caer ante Rayados, en una semifinal, mientras ellos festejan el pase a una final y tú te tragas el coraje, deja una cicatriz imborrable.
En consecuencia, Tigres debe saltar a la cancha con una idea muy clara: al margen de partirse la madre, sacar el resultado.
No importa si es con el cuchillo entre los dientes, con los once metidos en el área chica, cortando jugadas en el medio campo o mandando a Tamaulipas las pelotas en lugar de salir jugando.
Hoy más que nunca, Tigres, ganar lo es todo.
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