POR: ORLANDO SOSA
Uno de los problemas que aquejan a los equipos que les ceden la iniciativa de la pelota ante rivales replegados en bloque bajo, es que no encuentran profundidad o espacios donde puedan hacer daño.
Equipos bien plantados defendiendo su área, difícil de sacarlos y descolocarlos ante el inminente centro del rival que ante ‘regalo’ del equipo defensor, espera de frente para rechazar y alejar el peligro.
Es muy común ver al poseedor de la pelota intentar coser a centros al oponente que, al regalar ese carril exterior, se posiciona correctamente cubriendo el ancho de la portería para evitar el peligro.
Equipos que intentan un ataque posicional donde suelen batallar y no encontrar resquicio alguno debido a esa defensa densa que prepara el rival.
Sin duda, el atacar posicional te abrirá una mayor ventana de posibilidades de poder generar y encontrar los espacios deseados. Pero para poder abrir ese rival que no regala nada es necesario saber moverlo y sacarlo de su trinchera.
Jugar en largo en diagonales cambiando de frente en jugadores que están en lado débil, esto a propósito del rival o que está basculando en función de la posición del balón, puede ser una trampa, ¿por qué?, cuando un equipo defensor está bien posicionado en su área o cerca de ella, puede invitar al rival a caer en esa trampa, jugar en banda con ese jugador en amplitud para ellos girar, carrilero o lateral saltar y el resto del aparato defensivo esperar el posible centro y rechazar o enviar a saque de esquina.
Este que escribe ha visto este escenario en miles de partidos y casi siempre con el mismo resultado: nula capacidad de abrir el ostión que el oponente ejecuta como plan destructor.
¿Pero como vencer esas defensas densas y bien organizadas que intentan y llevan a cabo ese plan destructor?
Una de las propuestas efectivas que se vieron fue en la pasada jornada de #LaLiga en el Derby madrileño entre #RealMadrid y #AtleticodeMadrid. Los del ‘Cholo’ Simeone llegaban como punteros del torneo y con solo 2 goles recibidos en los 10 partidos que había disputado.
Un equipo que ha reestructurado principalmente su línea defensiva ante jugadores importantes como Godín quien era un líder importante y que ante su salida había carecido de ese jugador bastante solvente para solucionar vulnerabilidades en una línea de 4. Ahora, los colchoneros han cambiado a una línea de 3 centrales + 2 carrileros para darle esa solvencia en el cuadro bajo del ‘Cholo’.
Así se había comportado hasta antes de enfrentar a los de ‘Zizou’, que, sin duda, preparó un gran plan de partido y ahí hubo trabajo.
El equipo blanco supo como encontrar espacios en carriles intermedios, jugar en corto en lugar de cambiar de frente con jugador en amplitud, esto para atraer rival, sacarlo de su zona y enseguida generar manos a manos en zonas de definición o de último tercio de campo.
En una defensa posicional, la prioridad es evitar la profundidad del rival, sobre todo profundidad por dentro, evitar que los centrales tengan manos a manos y/o abandonen su área.
Ante tal escenario Zidane movió sus fichas. Conociendo que el lado fuerte del Atleti es la banda izquierda con Carrasco-Koke-Joao. Por lo que fue el lado atacar intencionalmente.
El Real Madrid salió de su campo sin problema. El Atlético no era capaz de robar sin ocupar todo el ancho, y no podía hacerlo sin desproteger la zaga o las espaldas de sus medios. Se negó a ello.
El Madrid logró posicionarse hasta campo rival de manera fácil. Y con cada circulación de lado a lado, sobre todo girando de izquierda a derecha, los del Cholo perdían muchos metros.
¿Qué hacía una vez llegando en zonas de último pase?
Aquí viene lo interesante.
Como los del Cholo protegían con la segunda línea el carril central (solo llegaban a bandas los interiores Llorente-Koke cuando el balón pasaba mucho tiempo en ella) el Madrid cambió la concepción de su ataque.
El Madrid no activó el cambio de frente, algo que es muy habitual en el equipo merengue.
Los de Zidane intentaban acercar el balón a la media/última línea colchonera, que oliesen el robo y sacarlos de zona para explotar recepciones a su espalda. Y una vez ganaban la posición, acelerar el juego hasta encontrar la ocasión. Lo tenían clarísimo. Todos.
A partir de ello, las fórmulas para atacar en estático en campo ajeno ideadas para este partido tenían que ver con ese principio de atracción y despeje de caminos.
Hubo un automatismo que se repitió.
Si iba por el carril diestro, el mecanismo fue: entre LV-Luka-Dani y (a veces) un 4º hombre, buscaban fijar a Carrasco en banda, forzar a Hermoso a hacerle la cobertura/saltar sobre quien conducía por dentro y atacar el espacio que dejaba rompiendo entre él y Felipe.
Otra más era, pasarse corto y hacía atrás con la intención de sacar al rival, cargarse a su banda derecha y una vez que mordieran el anzuelo, lanzar a las espaldas del carrilero para dejar 1:1 con ext-cent.
Veamos en esta edición de vídeo como lo ejecutaban.
Por lo tanto, Zizou dio cátedra y mostró a los equipos que batallan ante bloques bajos, el camino de cómo pueden ser enfrentados.
