“Nada existe sin cambiar, todo cambia y es normal, no te aferres a permanecer igual, no podrás”
Así es una de las frases de una de mis preferidas canciones de reggae. Y me gusta mucho por la realidad que refleja: Todo está en constante cambio.
Aún no es oficial si nuestro legendario DT Ricardo Ferreti seguirá o no en el banco, pero no es el tema de esta columna, el tema a tratar aquí es la resistencia al cambio.
Estamos en la última etapa de lo que hasta hoy ha sido la época más exitosa en la historia de nuestro querido club. Es inminente que llegue el final y cada vez más seguido leo en redes sociales a muchas personas que aún tienen cierto “temor” por un cambio en la dirigencia del club. El famoso “¿Y a quién traes?” es un reflejo de ello y me incluyo: A mí también me genera algo de ansiedad la incertidumbre del futuro del club. Todo parece explicado a medias y lo futbolístico (que es lo que más debería de importar) está dejado totalmente de lado.
Pero también, creo que es muy normal que al hablar de cambio en automático pensemos: “¿Y si nos va peor?” pasa seguido que hay gente que se queda trabajando 10-15 años en la misma empresa porque creen que si se cambian pueden irse a una peor o trabajar con un jefe que no soporten y tengan que empezar de cero.
Y efectivamente, las cosas pueden ir peor.
Sin embargo, el ciclo natural de la vida nos impide ser inmunes al cambio y si bien puede ser aterrador la incertidumbre de no saber cómo será el futuro, creo de debemos tener la responsabilidad de afrontarlo de la mejor manera que nos sea posible, ser optimistas en lugar de pesimistas al fin y al cabo sólo podemos ser espectadores de lo que sucede en el club y esperar que las decisiones que se tomen sean las mejores. Como aficionados podemos manifestarnos, claro, pero la decisión no depende de nosotros (y qué bueno).
¿Quién vendrá?
No lo sé, aún no es oficial, pero no importa si viene el “Piojo” Herrera, Caixinha, o hasta el mismísimo Pep Guardiola, creo que debemos tomar la decisión de ser optimistas por el futuro y esperar que venga lo mejor para la institución.
