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Rayando camotes.

Por Valo Calles / Twitter: @elbalondevalo

Esta liguilla, como todo el resto de acontecimientos 2020, tiene sorpresas. 

Todo iba muy bien o al menos muy “ad hoc” a lo que se esperaba que ocurriera, hasta un par de minutos antes de que transcurrieran los 90 minutos en el estadio BBVA el pasado Domingo. 

Ventaja de 2 a 0 y que Monterrey que echa por la borda ante Puebla. El antes y el después ya lo conocen, pero creo que mejor escribiré un poco más a nivel personal . . .me regresaré unos meses.

Entre el cierre de estadios, la suspensión del Clausura 2020, llegó la mentada “E-liga MX” y yo, me perdí en verdad pocos partidos. ¿Por qué ver jugadores sentados frente a su tele jugando videojuegos?




Era al menos para mí un respiro de media hora para no extrañar el fútbol mexicano. Y sí, era padre conocer y ver un poco más allá de lo que hacen los jugadores en la cancha, ahora en un plano más personal y casual. Conocer a Coco el perrito de Alan Mozo que festejaba con él, la buena vibra de César Huerta, la sala de cine de Antonio Portales, y conocer al carismático Santiago Ormeño, bautizado “Ormedeus”, qué causó furor desde el inicio, ganando 3 partidos al hilo. Primero fue raro y me cayó mal, pero después, todo lo contrario.

Este Apertura 2020, me hice un poquito seguidora del Puebla, complementado con el estupendo trabajo del equipo creativo y lo que apreciamos día a día en las redes sociales del equipo. Empecé a seguirlos en octubre del año pasado, a causa de aquel troleo a la tienda de Chivas en twitter, cuando ofreció por error “Nuevos plumajes azulcrema” y el Tío Puebla, no desaprovechó la oportunidad. 

Aunque obvio, no todo lo que ponen me va a gustar, me encanta la libertad y el atrevimiento, y a veces pienso, ojalá mi equipo tuviera contenido tan padre como el de ellos.

También adquirí hace unos meses, para mi colección de playeras de futbol, dos playeras del Puebla, una de 2018 y la actual de visitante y hasta conseguí que Santiago me las firmara. Así que mi nueva afición a este equipo me llevó a ser llamada en broma “traicionera”, por personas cercanas, ya que siendo fan de Ormeño, él fue el verdugo, dejando a mi equipo fuera.




En verdad me alegré por Puebla, sí, pero… así mismo me decepcioné tremendamente de mis Rayados. Hubiera sido ante el primero o ante el último de la tabla, ante el más odiado o ante el más querido. Pero por más que cualquier otra cosa, fue lo que dejaron de hacer en la cancha, la derrota vs Chivas complicó tremendamente todo, y algo que pudo ser solo un juego de trámite para llegar a la liguilla y obtener revancha vs Cruz Azul, se esfumó. 

Entre una y otra cosa, encuentro más satisfacción apoyando a equipos casualmente menos populares como Puebla, Necaxa o San Luis, (cuando no juegan contra mi equipo, claro) que a los más grandes y populares. Creo que tienen una dinámica más personal a nivel, club-jugadores-aficionados.

Lo que se percibe como más acogedor, y así percibo a estos equipos, que tienen esa sensación más como de “casa”, con un estilo e historia que lo vuelve más cálido y reconfortante, a mí muy personal forma de verlo. No son las plantillas más impresionantes, pero esto mismo hace que tenga que haber unión sí o sí a nivel equipo para así lograr la meta.

En esta Liguilla, aunque por dentro me gustaría ver a Puebla en la fase siguiente, rompiendo quinielas, siendo realista veo difícil que esto suceda.

Sin embargo, no sabemos si a León le haya venido bien o mal el descansar tantos días. Pero sí sabemos que Puebla adquirió una motivación enorme después de cinco años de no estar en liguilla, de un torneo jugado con mucho corazón y eso les ha servido para llegar hasta esta instancia, después de eliminar al actual campeón de todo… ¿Nos seguirá sorprendiendo este 2020?




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